La tesis de que el instrumento fue introducido por mar desde Europa, y no desde Irán a través de Asia central, es la más admitida. Generalmente se considera que fueron los misioneros Tomas Pereira y Teodorico Pedrini quienes llevaron la cítara de percusión a China.
Acompaña los solos de flauta o violín en las baladas de distintos géneros. También se encuentra en los grupos de viento y cuerda. Tradicionalmente ha tenido una importante posición en los grupos de música del sur del país, y, más recientemente, en los conjuntos musicales del centro de China.
Su sonido produce una textura propia, que se funde con gran facilidad en el conjunto sonoro común del grupo, aportando dinamismo y halo.
