La flauta nasal se toca insuflando el aire por medio de la nariz. La nariz es obviamente menos eficiente que la boca, pero en algunos pueblos del Pacífico atribuyen a su soplido nasal una particular potencia. Los habitantes de Melanesia y Polinesia, creyendo que el aire de la nariz contiene el alma, tienen por este instrumento una gran estima y lo consideran como instrumento nacional. El intérprete, habitualmente, se tapa una de las fosas nasales con tabaco o un pañuelo, o bien apretándose por encima con un dedo.