Cada tubo lleva en el extremo que se inserta en el recipiente una lengüeta libre, que se pone en vibración al cerrar el orificio lateral del tubo. La colocación de los tubos en círculo siguiendo el borde del recipiente facilita la interpretación de acordes, así como de melodías. Según una antigua leyenda, el sonido del sheng era una imitación del canto del ave fénix, y su forma representaba a dicha ave con las alas plegadas.