El término qasaba se asoció, en un principio, a éste tipo de flauta por todo el mundo Arabe. En el s. IX se sustituyó por el término persa nay en los países más orientales, conservándose en los más occidentales.
Tiene un sonido delicado y etéreo. Se utiliza en todo tipo de música, tanto culta como folklórica. Su registro supera fácilmente las dos octavas. Un intérprete virtuoso puede llegar hasta las tres octavas por alteraciones de la posición de los dedos en los orificios, por movimientos del labio y cabeza, y por control de la respiración.
Su principal característica consiste en no tener ningún tipo de embocadura bisel, muesca, lengüeta; lo que supone una gran dificultad a la hora de tocarlo y requiere una gran técnica.
