La ausencia de trastes sobre el largo mástil le confiere una libertad de alturas tonales incomparable. La caja de resonancia cubierta de una piel, generalmente de serpiente, proporciona un sonido con un matiz característico. La mano derecha es muy dinámica a la hora de tocar, aunque sus movimientos son menos amplios que en su descendiente japonés (shamisen). Ambos se tocan con plectro, siendo el japonés muchísimo más grande que el chino.
El sanxian ha dado muestras de una notable capacidad de adaptación, como se prueba su omnipresencia en todos los géneros, vocales o instrumentales, y en todas las regiones. Su extraordinaria popularidad compensa su ausencia en la música ritual de corte.
Esta afinado en sucesión de cuarta y quinta, o a la inversa, do-fa-do o do-sol-do. En el sur, el modelo es más pequeño (alrededor de 94 cm.); se utiliza en la opera y en las músicas instrumentales jiangnan sizhu o shifan luogu, así como por los cantantes de fábulas pingtan. En el norte, el instrumento es mayor (alrededor de 116 cm.); lo utilizan los cantantes de fábulas dagu shu.