No se sabe con certeza cuando apareció la cornamusa en Irlanda, pero parece cierto que, en un principio, eran similares a las escocesas que hoy conocemos. En el s. XVIII, cuando los ingleses dominaban Irlanda, prohibieron tocar la cornamusa de pie, que era la única forma de hacerla tocar. Entonces, los irlandeses desarrollaron un modelo diferente que se podía tocar sentado y con un sonido más suave, llegando a convertirla en un símbolo de identidad de su pueblo. Esta cornamusa se salón, llamada uilleann codo, en gaélico va provista de fuelle, bolsa, tres bordones, tres reguladores con llaves de notas armónicas y el puntero. Tal vez es la cornamusa más sofisticada y completa del mundo.
Su timbre es suave y delicado, con una tesitura de casi dos octavas cromáticas.
Un refrán irlandés dice: Para tocarla bien, hacen falta siete años de estudio, siete años de ensayo y siete años de interpretación.