El instrumento consta de dos tubos melódicos de caña, mantenidos paralelos con hilo o con cera de abeja. Está provisto de lengüetas simples independientes, y lleva cinco o seis orificios de digitación. Uno o dos pabellones pueden estar colocados al final de los tubos para amplificar el sonido. El registro sonoro es muy limitado. Los interpretes utilizan la técnica de la respiración circular.
A la hora de construir el instrumento, se deja intencionadamente desajustada la afinación entre los dos tubos, con el fin de obtener un roce entre los armónicos y, de esta forma, un singular efecto sonoro.
Es uno de los instrumentos más utilizado por los pastores. Generalmente se toca solo, aunque en las celebraciones populares es acompañado con un tambor tambor en forma de copa, el cual es obligatorio para dirigir las danzas.
