Para los hombres de Papua Nueva Guinea, los sonidos de las "flautas sagradas" representan las voces de los espíritus ancestrales del clan. Se guardan siempre en la casa reservada para los ritos sagrados de los hombres, y únicamente ellos pueden tocarlas. Tradicionalmente, las mujeres de la aldea, los niños y los no iniciados no pueden verlas ni tocarlas. Siempre se tocan en pareja.
Se construyen en bambú o caña. En una de sus extremidades se coloca "a modo de tapón" una talla de madera con representaciones humanas y/o de animales. Las figuras pueden llevar conchas, semillas, plumas y pinturas naturales.