Las campanas de madera tallada por los pueblos que viven en la región del bajo Congo son de una diversidad impresionante.
Forman parte del material utilizado por el curandero tradicional, para su comunicación con el mundo de los ancestros. Utilizadas también para la caza, estos instrumentos son atados en el cuello de los perros que rastrean las piezas. Según la creencia mística de los kongo, un perro nunca pierde su olfato durante el rastreo en el bosque. Se les atribuye también el poder de revelar el más allá del otro mundo.
