El instrumento se suspende del cuello o del hombro mediante una cuerda y se sostiene debajo del brazo. El interprete utiliza las dos manos para tocarlo.
Una pasta hecha con ceniza, miel, polvo de arroz y agua se aplica a la piel con el fin de darle mayor sonoridad. Se utiliza en ceremonias y festivales religiosos, así como en los rituales del ciclo del arroz.
Este instrumento procede de Mandalay.