El origen del shakuhachi, para los musicólogos japoneses, se remonta al antiguo Egipto y suponen que emigró a través de la India y de China hasta llegar a Japón en el s. VI. Tras varias etapas de evolución, termina su desarrollo en la época Edo (1603-1867) cuando se le diseña su particular embocadura actual.
Antiguamente era un instrumento religioso cuya fabricación, muy simple, correspondía a los monjes budistas. Fue considerado de uso exclusivamente masculino y su propiedad perteneció, durante mucho tiempo, a los sacerdotes mendicantes y a los antiguos samurai organizados en corporaciones.
Se toca solo o formando trío con la cítara koto y el laúd shamisen. Recientemente se ha intentado introducir alshakuhachi en las amplias orquestas tradicionales, sin resultados muy convincentes.
Las posibilidades del instrumento son muy amplias. Un buen instrumentista, con los movimientos de cabeza y particulares técnicas de digitación, da sin dificultad tonos cromáticos. Su difícil técnica de respiración permite interesantes efectos: tonos oscuros en los graves, portamentos, suspiros, titubeos y murmullos.
